"-Total, a alguien tendrás que contarle, antes o después, la verdad. Lo dijo despacio, con fatiga, porque nunca había creído que la verdad sirviera para nada. "

lunes, 10 de marzo de 2014

SOS capítulo VI

Suposo que jo ja escrivia en valencià molts anys enrere (bé, no tants, la meua vida no es massa llarga com per a caminar massa d'anys, això es una cosa que vaig descobrir fa ben poc).
He tornat a obrir el llibre. Aquell llibre amb les tapes negres que vaig escriure per tú. 

¿Cóm es que cada persona es troba representada pel color del llibre escrit en aquell moment? 
El teu era negre, com els teus ulls. Ara ja no es amarg. Te somriures entre les pàgines. 

Cada vez que releo aquel libro me acuerdo de aquel verano de dos mil diez inundado de piscina. Me acuerdo de sus ojos. Marrones oscuros, casi negros; que atravesaban el alma con solo una mirada. Me acuerdo de esa sonrisa. Del buen despertar de las mañanas que yo no soportaba. Me acuerdo que soñaba con que se parara el tiempo a las tres de la tarde. Con que no llegasen las ocho. 


catorce de agosto de dos mil diez
Carta a una amiga
Es la persona más odiosa, borde y cabrona que he conocido jamás.
No sabes lo mucho que se parece a mí. Lo insoportable que puede llegar a a ser.
Siempre había creído que no sosportaría a alguien como yo. Ahora tengo la certeza de ello. ATRACCIÓN FATAL: Odiosamente repulsivo y jodidamente excitante.




Se n'anà un trenta-ú d'agost.
Se n'anà per no tornar. 

miércoles, 5 de marzo de 2014

Amar a Chendler Bing

El otro día entré en una tienda. La típica tienda de tonterías. De regalos. Me topé con una pareja de adultos. Bueno, más adultos que yo. Pasarían los treinta y cinco. Los cuarenta?
No me hubiera fijado en ellos si no fuera porque ella no hacía más que reírse. Reírse de él. Él ponía todos los cronómetros de cocina para que sonaran a la vez.
Yo había perdido la fe. La fe en el ser humano. Entero. Todos. Todas. Fuera de mi fe.
Y él ponía los cronómetros de cocina para que sonaran y ella no podía parar de reír. Yo me reía con ella (pensé en que era una genialidad!) 
No pude dejar de pensar en que eso era lo que quería. Que alguien envejeciera, pero que no se hiciera mayor. REIR. 
¡Basta de tipos serios! 

Y recordé a Chendler Bing.