Todas las mañanas vengo de no hacerte el amor,
de necesitarte toda la noche,
de no desayunar-te.
Con la cabeza perdida entre dos mundos: uno sin ti, el otro sintigo.
Vengo, todas las mañanas, cansada de no hacerte el amor toda la noche. De utilizar mi insomnio para imaginarte durmiendo a mi lado:
Y aun así, ya lo ves, lo primero que hago es darte los buenos días.
Texto adaptado
http://laultimavezqueterobeparis.blogspot.com.es/2013/03/cxix-todas-las-mananas.html