La superluna.

son
las cuatro de la madrugada.
Hay
un pájaro que canta
y una luna brillante en el cielo.

A pesar de lo que digan a mi me sigue pareciendo la luna de todas las noches, la que sale conmigo a bailar y se acuesta tarde. A pesar de lo que digan la he encontrado más brillante otras noches. Será mi subjetividad amedrada por esta calma que procede la amarga y rápida emoción.

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soy absolutamente partidaria de guardarse los malos dias para uno mismo, de irse a dormir pronto. De mandar al mundo a hacer puñetas (que les jodan a todos!) Y Adios Buenas noches. Dormir. Olvidar el dia. Y recuperarlo alguno que vaya mejor.

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A veces creo que escribo la misma historia una y otra vez. Todo va bien, y de repente dice algo que no debe -algo mucho más serio, algo de complicar las cosas- yo digo que sí que todo está bien. Los dias pasan y la recuerdo más y más. Hasta que no cabe nada más en mi cabeza y él se tiene que salir fuera. Entonces no hay vuelta atrás se disputan el puesto. Uno de los dos se tiene que marchar de mi cabeza. Y no es ella.
Jamás será ella.






La unica historia que no acabó, no dió tiempo a empezarla.

ajá!

Maldita primavera..
Dios, como amo este sol!

El gran pez

"El pez más grande es así porque no se deja pescar".

 A veces, cuando te recuerdo pienso que me estoy defraudando a mi misma estando contigo. Que yo soy el gran pez.

(como tu me dijiste una vez "yo pensé que esto no sucedería nunca") Y que no debería engañarte así. Hacerte pensar que yo... que todo esto va a alguna parte.

Y a veces estando contigo la recuerdo y siento que te voy a hacer daño. Pero lo cierto es que no puedo evitarlo. Y sigo arrancando pedazos de mi para no hacerte daño. Pero luego pienso que cuanto más tarde será peor. Y te miro y no puedo hacerte eso. No ahora.

Y mi pregunta es ¿Cuándo?

Espirales

Nunca me han gustado las espirales.



Siempre he creido que el bucle en el que mis pensamientos se enzarzaban por cualquier cosa no tenia que ser bueno (y con los años he descubierto que así es). E intentaba evitar cualquier cosa que me condujera a esas espirales sin fin -por supuesto sin éxito-. Pero jamás me habia dado cuenta hasta que te conocí.


Tú fuiste (fuiste ves, en pasado) mi gran espiral. Mi gran torremolino que lo puso todo patas arriba. Ordenaste todo este desorden de pensamientos y los colocaste como a ti te dio la gana. Tú por el principio, claro.